El Sonido que Nace del Corazón de Michoacán
En Michoacán, el arte no solo se mira… también se escucha. Y en ningún otro lugar como en Paracho de Verduzco, donde el sonido tiene forma de guitarra y las manos artesanas lo afinan con pasión y precisión. Este pequeño pueblo es reconocido a nivel mundial como la capital mexicana de la guitarra, y no es para menos.
Paracho: Donde la madera canta
Ubicado a cerca de 120 km al oeste de Morelia —alrededor de 2 horas en carretera—, Paracho es un destino que vibra con cuerdas, afinaciones y acordes. En cada calle hay talleres familiares donde se fabrican guitarras totalmente a mano, con técnicas que se han transmitido por generaciones.
Los artesanos de Paracho trabajan con maderas finas como cedro, palo de rosa, abeto y caoba. Cada guitarra puede tardar semanas o incluso meses en completarse, dependiendo del nivel de detalle, la calidad del sonido buscado y los acabados. Aquí no se producen instrumentos en serie: cada guitarra es única, tanto en forma como en alma.
Más que guitarras: herencia y arte
En Paracho no solo se elaboran guitarras acústicas. También se fabrican vihuelas, requintos, jaranas, bajos sextos y guitarras clásicas y flamencas, muchas de las cuales se exportan a países como Japón, Alemania, Estados Unidos y España.
Pero más allá del prestigio internacional, el verdadero valor de estas guitarras está en su raíz cultural. Cada instrumento es una obra de arte que refleja la identidad purépecha, el amor por la música y el orgullo michoacano.
🎵 Dato curioso: Grandes músicos, como Carlos Santana y guitarristas clásicos internacionales, han tocado guitarras hechas en Paracho.
¡Quién diría que el alma sonora del mundo puede nacer en un taller michoacano!